Los escudos que aquí se muestran tienen como característica en común que son impresos de la primera mitad del siglo XX.
Los tres primeros muestran una perspectiva de la cuenca de Anáhuac y recrean el momento en que fue hallada un águila devorando a una serpiente, posada sobre un nopal.
Esa era la señal que las tribus nómadas del norte de América habían determinado como el final de su peregrinaje.
En ese valle enorme, que en su sección occidental tenía un lago, habrían de fundar Tenochtitlan.
Aunque fueron los mexhicas quienes fundaron esa ciudad en el siglo XIII, el objetivo de construir una ciudad en un sitio determinado fue parte de la mitología tolteca, una civilización que precedió a los aztecas y que fundaron Tula, su capital, en las proximidades del Anáhuac y del gran lago de Texcoco.
En el flanco oriental de la cuenca, los dos volcanes y en un islote donde el ave somete al reptil, Tenoch y su gente encontraron la señal.
Una de las fotos muestra un escudo con el águila de frente y las alas extendidas, Es la portada de un archivo de la dependencia federal que antecedió a la Secretaría de Educación Pública y muy probablemente se trata de un documento de antes de 1920.
Las otras dos gráficas corresponden a la Presidencia de la República, a la Secretaría de Agricultura y Fomento y -el más profusamente ilustrado- al Archivo General de la Nación.