Rufino Tamayo, un destacado pintor mexicano que descolló en la segunda mitad del siglo XX, trazó a lápiz uno de los dibujos más hermosos del escudo nacional de México.
El águila posada sobre un nopal, devorando una serpiente, fue un regalo que hizo Tamayo al escritor Martín Luis Guzmán a principios de la década de 1960, entonces director de la Comisión de Libros de Texto Gratuito.
La pieza fue exhibida en el verano de 2015 en el Museo de Arte Contemporáneo de Ciudad de México, con motivo de una exposición dedicada a mostrar la colección de pintura y objetos personales de Martín Luis Guzmán, el reconocido autor de la novela La sombra del caudillo, cuya trama versa sobre las vicistudes de la clase política mexicana surgida de la Revolución de 1910-1917.