El uso que los mexicanos dan al escudo nacional es de una variedad
asombrosa, en virtud de su combinación con la cultura popular.
En esta
imagen, por ejemplo, se observan el águila y la serpiente montados en la máscara hecha para una fiesta
popular en el centro de la República Mexicana, donde la tradicional celebración de los patronos de las distintas localidades sincretiza creencias de la religión católica y de las prácticas culturales de los pueblos originarios.
La careta completa. Foto: GGEM |
La careta se encuentra en
el Museo Rafael Coronel, en la ciudad de Zacatecas, y forma parte de una
muestra de cientos de máscaras de los más diversos materiales, estilos, festividades y rituales. Lamentablemente, la museografía no dispone de explicaciones sobre el origen de la mayoría de las piezas y la intención de los artesanos en su modelaje y confección.
El recinto alberga varias
colecciones de arte y artesanía de México reunidas por el artista plástico zacatecano, quien vivió de 1932 a 2019. El museo fue instalado en la década de 1980 en un edificio que originalmente sirvió como sede de un convento franciscano en el siglo XVI
Una versión poco habitual del águila del escudo mexicano, en la que el ave devora una coralillo. Foto: GGEM |
La iconografía
del escudo mexicano es producto de una leyenda de raíces muy antiguas, que
antecede varios siglos a la civilización mexica en la cuenca de Anáhuac (o
valle de México).
La idea de que los mexicas
debían fundar una ciudad donde hallaran un águila devorando una serpiente,
posada sobre un nopal, proviene del tiempo de los toltecas, una civilización
ubicada al noroeste de la cuenca de Anáhuac, intermedia en el tiempo entre Teotihuacan (100 a.C-700 d.C.) y
Tenochtitlan (1325-1521).
En el salón de máscaras del museo Rafael Coronel. Foto: GGEM |
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